Hace mucho tiempo, cuando corrían tiempos especialmente difíciles, un hombre fue sorprendido robando comida en el mercado. El rey fue informado y sentenció al ladrón a l horca. Hasta el día de la ejecución, el ladrón fue encerrado en una oscura mazmorra. El día señalado, los guardias condujeron al reo hasta el cadalso y le preguntaron si quería decir algo antes de morir. - Tengo un mensaje para el rey. Poseo algo muy especial que me dio mi padre, que a su vez lo recibió del suyo, mi abuelo. Se trata de una semilla de manzano que en un solo día es capaz de convertirse en un robusto árbol y dar sabrosas manzanas. Me da lástima de que algo tan especial se vaya conmigo a la tumba, así que quiero regalarle la semilla al rey. Informado por los guardias, el rey accedió a recibir al prisionero. Tras escucharle, le dio su consentimiento para que plantara la semilla mágica antes de ser ahorcado. - Lo haría encantado, pero os advierto que la semilla sólo puede ser plantada por alguien