HIJOS PATOS
Una pata muy maternal puso paciente una docena de huevos. Soñaba con su nueva familia.El amor la afiebró y comenzó a pasar largas jornadas, con sus días y sus noches, empollando paciente su esperanza. En uno de sus breves descansos, corrió hasta la vecina laguna, para refrescarse con un rápido baño. Y fue tan mala su suerte, que fue descubierta por un zorro que acechaba hambriento. Y el zorro se la comió. Una gallina muy maternal, afiebrada por la cluequez, y desposeída de sus huevos, se sintió dolida ante la desgracia. Y decidió hacerse cargo del nido, donde doce huerfanitos dormían en sus cascarones.Y cubrió con su calor de madre el nido abandonado. Pasaron los días, y entre sus plumas comenzó a moverse la vida. Doce patitos, hijos adoptivos de mamá gallina, comenzaron a caminar por el campo. A veces como una cinta amarillenta detrás de la madre adoptiva y, otras, como un remolino de hojas secas, llevadas por el viento. En una jornada de intenso calor, mamá