EL ZOOLÓGICO
Un
ermitaño se quejaba muchas veces que tenía demasiado quehacer.
La
gente no entendía cómo era posible que tuviera tanto trabajo en su desierto.
A
lo que les contestó:
-
Tengo que domar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos
conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y someter a un león".
-
No vemos ningún animal cerca de la cueva donde vives. ¿Dónde están todos estos
animales?
Entonces
el ermitaño dio una explicación que todos comprendieron:
-
Estos animales los llevamos dentro:
Los
dos halcones, se lanzan sobre todo lo que se les presenta, bueno y malo. Tengo
que entrenarlos para que sólo se lancen sobre presas buenas... ¡SON MIS OJOS!
Las
dos águilas con sus garras hieren y destrozan. Tengo que entrenarlas para que
sólo se pongan al servicio y ayuden sin herir... ¡SON MIS MANOS!
Y
los conejos quieren ir adonde les plazca, huir de los demás y esquivar las
situaciones difíciles. Tengo que enseñarles a estar quietos aunque haya un
sufrimiento, un problema o cualquier cosa que no me gusta... ¡SON MIS PIES!
Lo
más difícil es vigilar la serpiente aunque se encuentra encerrada en una jaula
de 32 varillas. Siempre está lista por morder y envenenar a los que la rodean
apenas se abre la jaula, si no la vigilo de cerca, hace daño... ¡ES MI LENGUA!
El
asno es muy obstinado, no quiere cumplir con su deber. Pretende estar cansado y
no quiere llevar su carga de cada día... ¡ES MI CUERPO...!
Finalmente
necesito domar al león, quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero, es
vanidoso y orgulloso... ESE... ¡ES MI CORAZÓN!
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