LA PLAYA
Un día a aquella inmensa
playa las olas trajeron miles de estrellas de mar que, al bajar la marea, se
quedaron atascadas en la arena.
Por allí todas las tardes solía pasear un
vecino, que en esta ocasión decidió coger una estrella y lanzarla al mar.
Según iba caminando, sus
pasos se hacían más cortos e iba devolviendo estrellas al agua.
En un cierto momento,
cuando tenía una estrella en sus manos, un vecino le cuestionó:
-
¿Qué haces? ¿Acaso no te das cuenta de las miles de
estrellas que hay en la playa? Necesitaríamos un ejército de personas para
devolverlas todas al mar antes de que mueran. Lo que haces no sirve para nada.
A lo cual, el paseante
contestó, lanzando la estrella al agua:
-
Eso, explícaselo a ésta.
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