MIRAR
Cuando
creías que no estaba mirando,
te vi
pegar mi primer dibujo en la nevera
y
enseguida quise pintar otro.
Cuando
creías que no estaba mirando,
te vi
dar de comer a un gato vagabundo,
y
aprendí que es bueno cuidar a los animales.
Cuando
creías que no estaba mirando,
te vi
preparar mi dulce preferido, especialmente para mí,
y supe
que las cosas pequeñas pueden ser importantes en la vida.
Cuando
creías que no estaba mirando,
te vi
preparar una comida y llevarla a un amigo enfermo,
y
aprendí que debemos preocuparnos los unos de los otros.
Cuando
creías que no estaba mirando,
te vi
cuidar nuestra casa y a los que viven en ella,
y
aprendí que hay que preocuparse de lo que hemos recibido.
Cuando
creías que no estaba mirando,
te vi
afrontar tus deberes aunque no te encontrabas bien,
y
aprendí que cuando sea mayor tendré que ser responsable.
Cuando
creías que no estaba mirando,
vi
brotar lágrimas en tus ojos,
y
aprendí que ciertas cosas hacen sufrir, pero que es bueno llorar.
Cuando
creías que no estaba mirando,
veía que
te desvelabas,
y quise
hacer cuanto estuviera en mi mano.
Cuando
creías que no estaba mirando,
aprendí
la mayor parte de las lecciones de vida que tendré que saber
para ser
persona buena y útil de mayor.
Cuando
creías que no estaba mirando,
te miré
y quise decirte: «Gracias por todo lo que vi
cuando
creías que yo no estaba mirando».
Muy bueno,Juan. Me has hecho recordar lo que tengo q enseñarles a mis hijos cuando yo crea q no me estan mirando. Montse
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