ROSSINI EL PEREZOSO
Gioachino Rossini, con solo 6 años,
ya tocaba en la banda municipal y fue calificado como el compositor más
famoso de Europa. Entre sus obras más populares destaca El barbero de Sevilla, divertida comedia operística.
Pero
además de ser un prodigio musical, tenía la fama de ser muy perezoso.
De hecho, cuentan que se había comprometido a escribir una obra, la que
después sería Guilllermo Tell, pero no se decidía a empezarla.
C.
Maurice, un reconocido crítico, puso en marcha un ingenioso plan para
conseguir que empezara a escribir. En un breve publicó: «Ha sido
plantado en América el árbol que dará la madera con la que se construirá
el piano que se regalará a Gioachino Rossini para componer la obra
prometida». Al leer esta nota, Rossini, ni corto ni perezoso, se puso a
escribir la obra que le inmortalizaría.
Incluso
cuentan que en una ocasión estaba componiendo tumbado en su cama y se le
cayó una hoja al suelo. En lugar de levantarse y recogerla, aseguran
que cogió otra cuartilla y empezó a escribir de nuevo. Perezoso, quizá,
pero, sin duda, estas anécdotas ponen de manifiesto también su gran
inventiva y admirable capacidad de composición.
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