LOS ERIZOS
En las noches frías, los erizos descubren que si se juntan tienen menos frío.
Se acercan cada vez más pero, como son erizos, se pinchan unos a otros y, asustados, se apartan.
Cuando se alejan, se lamentan de haber perdido el calor pero, al mismo tiempo, no quieren pincharse.
Con el tiempo y con las malas experiencias, superan su miedo y vuelven a juntarse y se pinchan de nuevo.
Hasta que un día descubren una distancia que les permite darse calor sin lastimarse.
Se acercan cada vez más pero, como son erizos, se pinchan unos a otros y, asustados, se apartan.
Cuando se alejan, se lamentan de haber perdido el calor pero, al mismo tiempo, no quieren pincharse.
Con el tiempo y con las malas experiencias, superan su miedo y vuelven a juntarse y se pinchan de nuevo.
Hasta que un día descubren una distancia que les permite darse calor sin lastimarse.
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