LA ALEGRÍA
Atardecía
sobre la superficie tranquila de las aguas del río. El maestro de la sabiduría,
tras una larga jornada, se hallaba reunido con sus discípulos en
Fue
entonces cuando un discípulo rogó al maestro que explicara qué caminos había
seguido para hallar a Dios. El maestro de la sabiduría dijo: «Fue Dios quien me
condujo hasta Él. Me tomó de la mano y fue haciéndome pasar por países
diversos, hasta llevarme al corazón de su misterio»
El
discípulo siguió preguntando: «Maestro, ¿qué países te hizo recorrer Dios?»
El
maestro explicó:
«Primeramente
Dios me llevó de la mano al País de
Luego
volvió a tomarme el Señor y me condujo al País de
Pasados
unos años me introdujo en el País del Amor. En él aprendí a dejar el pesado
lastre de mi egoísmo.
Después
me sumergió en el País del Silencio. Allí percibí la importancia de vivir
alejado del ruido de las cosas y de las voces que aturden... Me encontré a
solas conmigo mismo y experimenté la vida en toda su profundidad.»
El
maestro quedó un rato en silencio, contemplando absorto el atardecer sobre el
río. El discípulo le dijo: «¿Y fue ésta la fase final de tu búsqueda?»
El
Maestro negó con
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