LAS HUELLAS
Una noche en sueños vi que yo caminaba con el Señor junto a la orilla del mar bajo hermosa luna plateada. Soñé que en los cielos veía toda mi vida representada en celestiales escenas que en silencio contemplaba. Dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando, mientras con el Señor íbamos cual amigos conversando. Miré atento hacia atrás esas huellas reflejadas en el suelo, pero algo extraño observé y me invadió gran desconsuelo. Observé que algunas veces al reparar en las huellas, en vez de ver los dos pares veía solo un par de ellas. Observaba yo también que aquel solo par de huellas, se advertían mayormente en mis noches sin estrellas en los días de mi vida llenos de angustias y tristeza, cuando el alma necesita más del consuelo y fortaleza. Pregunté triste al Señor: - ¿Señor, tu no has prometido que en horas de aflicción siempre a mi lado estarías dando muestras de tu amor? Pero noto con tristeza que en medio de mis querellas, cuando más aflige el do