EL PEZ DORADO

 

Timoteo  el  ambicioso  habla  precisamente  de  eso,  del  deseo  de  tener  cada  vez  más  cosas,  dinero,…,  un deseo que fácilmente se hace presente en nuestras vidas. Podemos enfocar el diálogo a pensar entre todos en el uso que hacemos de las cosas que tenemos 
 Timoteo era un hombre ambicioso. Nunca tenía suficiente dinero y posesiones. constantemente discutía con sus vecinos sobre cuestiones monetarias. Un día, uno de sus enemigos decidió acabar con 
Timoteo. Con gran astucia, se presentó ante él con un pequeño pez de oro en un vaso de cristal. Y le dijo: 
- Timoteo, cuando este pez alcance su tamaño total y muera de muerte natural, su cuerpo se convertirá en oro puro. Tú serás tan rico como jamás lo soñaste. 
La insaciable ambición de Timoteo se impuso a su sentido común y se creyó la historia del pez de oro. Lo contemplaba de cerca con alegría y agradecimiento a su enemigo. Se llevó el pez a su casa y lo metió en un pequeño recipiente. Lo alimentó generosamente y, con gran contento suyo, fue creciendo y creciendo, hasta que se hizo demasiado grande para el recipiente. Aunque le iba a costar mucho dinero, hizo construir un depósito para el pez, y luego un pequeño lago. Constantemente soñaba con el día en que iba a conseguir su oro. 
Pasados muchos años, Timoteo había gastado todos sus ahorros y se había pasado los días alimentando y cuidando el pez, que constantemente crecía. Deseaba que se muriera para hacerse rico. Al 
final, en bancarrota, Timoteo se murió antes que el pez. 
Nunca se dio cuenta de que su amigo le había obsequiado con una ballena. 

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