EL JARRÓN



Un  día,  estaba  un  niño  jugando  a  la  pelota  dentro  de  su  casa.    Su  madre  se  lo  tenía prohibido, pero como no estaba, él hacía lo que quería.  Hasta que pasó lo que tenía que pasan Con el balón, rompió el jarrón preferido de su madre.  
Cuando ésta vino a casa,  el  niño  le  dijo  una  mentira  para  librarse  del  castigo.    Le  dijo  que  había  sido  su hermano  pequeño,  que  gateando  por  el  suelo  lo  había  roto.    
La  madre  se  enfadó muchísimo.  Recogió las piezas rotas, e intentó recomponerlo. Estaba  tan  disgustada,  que  se  le  olvidó  sacar  la  comida  del  homo  y  se  le  quemó.  
Cuando llegó el padre a casa, no había nada para comer. Después de discutir con ella por este motivo, se marchó irritado a comer al bar de la esquina. 
Por culpa de su enfado, trató de malas maneras al camarero que le estaba sirviendo.  
El pobre camarero se puso muy nervioso por esto, y sin querer, derramó sobre una señora una taza de café manchándole todo el vestido. 
La  señora  cogió  su  coche  y  se  marchó  llorando  a  casa  para  cambiarse  de  ropa.    Pero lloraba tanto que no veía bien el camino.  Y sin darse cuenta, golpeó a un coche que estaba parado en un semáforo.  
El dueño del coche salió muy enfadado, y después de discutir  y  tomarse  los  datos  para  arreglar  el  golpe,  se  marchó  muy  disgustado  a  su trabajo. 
Era maestro y casualmente tenía como alumno al que había roto el jarrón. Cuando entró en clase, estaba de muy mal genio.  Le pareció oír hablar a alguien y castigó al primero que se le ocurrió.  Y fue precisamente al niño que lo había iniciado todo. 
Sin saberlo este niño, al desobedecer a su madre y mentirle, había iniciado una cadena de enfados y discusiones.  Y ahora estaba sufriendo las consecuencias de lo que él inició. 

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