EL DRAGÓN
La
gran afición del aristócrata Ye venía probablemente de su nacimiento. Según el
Zodiaco chino, vino al mundo cuando reinaba el signo más fuerte de los doce
animales que conforman el horóscopo chino. Nació en el año del Dragón.
Adoraba
ese signo legendario como algo propio de su existencia. Los techos de su
residencia se remataban con dragones tallados. Todos los muebles de la casa
estaban decorados con imágenes de ese animal omnipotente. Su fabulosa colección
de figuras de dragón era indudablemente la mejor de todo el imperio. y como si
la profusa presencia del animal en su casa no fuera suficiente, adornó todas
sus prendas con bordados o estampaciones de dragón, se casó con una mujer del
mismo signo, doce años más joven que él, eligió la servidumbre únicamente entre
las doncellas nacidas con el mismo signo de su preferencia.
Dragón,
dragón, todo dragón. Cuando el Dragón celeste, que vivía en el cielo, se enteró
de su gran afición, conmovido y agradecido, descendió a
Pero cuando el aristócrata sintió la presencia de algo raro en su casa, por el vaho helado y magnético que exhalaba el animal todopoderoso, se puso pálido. Su terror creció aún más cuando vio de reojo las escamas de un cuerpo ondulante y escarchado. Finalmente se demayó bañado en sudor frío..
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