LAS TRES PIEDRAS
Cuentan que el primer árabe que cruzó el desierto se encontró junto a una cueva con un anciano, de aspecto venerable, que le preguntó: - Joven, ¿dónde vas? - Quiero cruzar el desierto. El anciano quedó pensativo un momento y añadió: - Deseas algo difícil. Para cruzar el desierto te harán falta cosas. Toma estas tres piedras. Este topacio es la fe, amarillo como las arenas del desierto; esta esmeralda es la esperanza, verde como las hojas de las palmeras, y este rubí es la caridad, rojo como el sol del poniente. Anda siempre hacia el Sur y encontrarás el oasis de Náscara, donde vivirás feliz. Pero no pierdas ninguna de las piedras; si no, no llegarás a tu destino. El hombre se puso en camino y-recorrió miles y miles de leguas a través de las dunas amarillentas sobre su camello. Un día le asaltó una duda: - ¿No me habrá engañado el anciano? ¿Y si no existiera el oasis que me prometió y el desierto no tuviera fin? Ya iba a volverse cuando notó que algo se...
Un libro es como una alfombra mágica, puede llevarte donde tú quieras.
ResponderEliminarTambién es una varita mágica, porque puede convertirte en quien tú desees.
Pero si todavía no te lo crees y sigues sin leer, ¡hazlo por ellos!
Si no lees, desaparecerán. ¡Cuánta razón!